viernes, noviembre 10, 2006

no.


de chiquita (y muy chiquita) mis papis me enseñaron inconcientemente el enorme poder de la palabra "no".

la capacidad de coaccion que depositaba en mis manos un simple "no" es envidiable. (hasta bush envidiaria el poder q la negativa me conferia) los intentos porq ese no me quiero bañar, no pienso comer higado con pure, no voy al colegio porq me duele mi dedo meñique, no le doy un beso a la amiga de la familia de como 80 años que nunka se contacto con depiladora alguna, sino me decis la verdad nunca mas confio en vos, se tranformen en un penoso "si papa, si mama" les consumia todo tipo de esfuerzos.

desde grandes relatos novelezcos de papa noel convertido en juez defensor de los derechos humanos y de las obligaciones del pekenio ciudadano, hasta teorias conspirativas de hombres con bolsas y niños desaparecidos, pacientes intentos de implementar conmigo la "sicologia inversa" al estilo "mejor, no vayas a la escuela, la escuela es aburrida, mejor practica para ser ama de casa", reclusion perpetua en mi cuarto q se reducian milagrosamente al estilo 2 por 1, horas de ocio contemplativo frente a las berenjenas que me rehusaba a introducir en mi boca, y disparates de ese tipo que mi pobre logica trataba de hallar coherentes.

cuando pude encontrar el patron comun detras del desvario de "los mayores" entendi q decir q no era muhco mas divertido q decir q si. un poquito de no, y los tendria alli, haciendo malabares para q el peon se dignase a cumplir las exigencias del rey y la reina.


tenia en mis manos las llaves del mundo adulto.
y comenzaba asi a gestarse una pekenia histerica.


fuera de foco: hoy le digo q no tambien al estudio. quien sabe.
por ahi al conocimiento tambien lo incentive la negativa y me llege por osmosis.